lunes, 7 de febrero de 2011

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No era el tema del post, pero como el pueblo llano -arengado y furibundo- me ha solicitado, voy a pronunciarme respecto al tema de Egipto. Por supuesto el Hombre Malo tiene potestad para corregirme en lo que considere o añadir interesantes anotaciones que a buen seguro tendrá que hacer (lo pida o no, lo hará de todos modos: es su súper poder mutante y por eso le quiero). Realmente a lo de "dar mi opinión" poco puedo decir, ya que poco se puede opinar -queda el juego de las predicciones que, por otra parte, es algo muy español-.

A mi lo de las revueltas populares siempre me la ha puesto bastante gorda. Quizá estemos asistiendo a algo mayor, viendo lo que ha sucedido en Túnez o cómo en China se censura absolutamente cualquier información que venga de Egipto hablando de cambios de régimen, revuelta popular mediante. Me gusta.

Se murmura sobre la condición de "aliado de Israel" y generador de estabilidad que hasta ahora tenía Egipto, y del temor a las influencias wahabistas en el proceso que está al caer. Tranquiliza escuchar a algunos de los jóvenes manifestantes a este respecto (aunque sólo el tiempo dirá). Gentes más tendenciosas directamente fantasean con un Irán atómico alzándose en la plaza de Tahrir, ungidos en petróleo saudí: el ruido de fondo y falta de rigor vergonzosos a los que ya nos tienen acostumbrados en el gran hermano en que se ha convertido el periodismo de este país.

Por el momento Mubarak, en posición fetal bajo su mesa apretando fuerte el culo, reza por una epidural respecto a la situación mientras los representantes norteamericanos intentan conseguirle algo de tiempo para que pueda sacar, él también, su tonelada y media de oro. Quizá vengan más "hijos de puta de los nuestros", más estados marioneta, más gaseoductos bajo campos de amapolas...

O quizá, con suerte, occidente esta vez cumpla con su responsabilidad (inverosímil en el mejor de los casos).

3 comentarios:

pseudosocióloga dijo...

El problema son los hermanos musulmanes, como son los únicos que se han dedicado a la labor social(con el dinero de los del petróleo), si se vota, ganarán y bueno......a mi me parecen un poco radicales en las maneras.

Somófrates dijo...

Sin duda. Y con hambre no hay democracia. Pero debemos confiar en la elección del pueblo, nos guste o no.

Eso es democracia.

Illuminatus dijo...

Quiero creer que el potencial democrático de los Egipcios, quizás los más cultos de la región (desde luego son los que dominan el medio cinematográfico y televisivo en árabe), será suficiente para que no caigan en el extremismo y regeneren la zona con una auténtica democracia árabe.