miércoles, 28 de enero de 2009

Telencefalopatía espongiforme bovina

Primeramente me justificaré, no vaya a pensar nadie que yo escribo aquí por gusto (a lo Sánchez Dragó en telemadrid pero sin chopsuei, o como se llamara la alimaña esa, vaya). He de conectar un cable. El cable está ahí. Lleva días ahí. Un extremo conectado, el otro colgando. Y alguien me tiene que llamar a las doce de la noche para (*clik*) conectarlo. Sí, lo sé: parece estúpido, suena estúpido, y lo peor de todo es que es estúpido. Pero me pagan 140€ extras por hacerlo, y como me aburro y a mi la tele ya no me puede embrutecer más, he decidido aporrear el teclado ahora que Shakespeare está muerto.

Seré breve. Intentando hacerme un bocata de pan duro con queso, ensalada y salsa nórdica, mientras mi archi-némesis (la tele) intentaba encontrar mis puntos débiles lanzando ataques a diestro y siniestro en busca de una grieta en mi autoestima que me hiciese gastar dinero en algún producto imbécil con la vana esperanza de mojar el churro y/o tener un coche más rojo y/o rápido y representativo de mi enorme falo de consumidor exitoso, me he enterado de cuatro cosas que me han hecho sentir terriblemente miserable (no tanto por haber alojado, además, un pedazo de corteza de pan duro con salsa nórdica entre mis dientes que me ha hecho hasta llorar, el muy hijo de puta):

Beyoncé reivindica sus rizos (tal cual, que me he quedao con el culo torcío), hay cremas que valen más de 150€ (ni conectando un cable gano yo eso, oiga), existen cosas llamadas microesferas de colágeno que rellenan tu piel, y que en el futuro han descubierto la manera de viajar en el tiempo y nos mandan un clon de Rafaela Carrá con un bote de neutrex.

A mi me ha dolido hasta el punto de que hoy igual hasta me voy a la cama sin hacerme un pajote; pero para ti, humano medio que me estás leyendo, no hay esperanza ninguna. Estáis perdidos.

martes, 20 de enero de 2009

Blacker than the blackest black times infinity

Y cuanto más cerca parece estar el día en el que ya no queden motivos para levantarse cada mañana, la vida va y te sorprende con una pequeña dósis de genialidad que surge a flote en el gran oceano de mierda que suelen ser las cosas en televisión. Vedlo o morid (los que no seais un despreciable sub-producto del lastre cultural y educativo de este país, ignorad los subtitulos que son un asco).


Videos tu.tv

lunes, 12 de enero de 2009

Guerreros del Ladrillo.

Hace unas semanas tuve una entrevista de trabajo.

Lo peor de ir a una entrevista en la que vas recomendado es que se aúnan unas mayores expectativas con la ansiedad de dejar como el culo a quien te la ha conseguido. Así que además de afeitarme (y van tres veces en un año) me corte el pelo. Junto a la Malocueva hay uno de estos locales donde peluqueros de todos los rincones del mundo echan horas a destajo. Es como la ruleta rusa y huele raro, pero abren a las ocho de la mañana, así que con la legaña pegada me aplané en uno de los butacones dispuesto a que un desconocido con mucha pluma hiciese el tonto con sus tijeras.

-...Ssssiiiiii? ¿Como lo quieres?

- Muy corto, a maquina por los lados y por atrás, a tijera por arriba. Me dejas solo un poco de flequillo.

Dicho esto entre en un trance. Que abran a las ocho significa que te encuentras el sitio vació y no esperas cola, pero también que tus biorritmos de parado, acostumbrado a no abrir el ojo hasta... mas tarde, te exijan recuperar el sueño donde y cuando puedas.

- Listo miamol.

Baje a tierra para verme en el espejo. Primer dato: positivo. No me faltaban ojos, orejas ni nariz. Segundo dato: el tío había hecho una competición entre maquina y tijeras, demostrando que con tesón y entrega, las tijeras apuran tanto o mas que las advenedizas maquinas. Eso o que este tío aprendió a cortar el pelo en un sitio sin electricidad. Parecía un skin.


El tio sonreia mientras me mostraba la nuca con un espejo de mano, y yo no pude dejar de pensar que si se me cruzase por la calle llevando yo esta pinta, se cambiaria de acera (no pun intended).


...

Confiando en que mi cálida sonrisa anulase el efecto de 110Kg de fornido pelaó subí a casa, me puse bonito y partí a la entrevista.

-Buenos días.

-Buenas tardes.

-Esta es una empresa que patatin patatan y que hacemos tal y cual... El sueldo inicial seria X netos (donde X es superior al bruto de mi mejor trabajo...eso debería haberme puesto sobre aviso) y el horario no es rígido (donde eso significa que seguramente habrá que echar horas extra a cascoporro, pero en fin). ¿Te comentaron ya las responsabilidades del puesto?

-Psiclaroporsupuestono...no, mas bien no. Algo de ayudar en las oficinas de obra.

-Nnnnno. Ayudar exactamente no.

-¿Apartar ancianos de miranda a manguerazos?

-No, mira... tu función va a ser la de un enlace técnico de sinergias entre promotora (nosotros) y las diferentes contratas, con carácter consultivo sobre presupuestos y compras, así como control de unidades de obra y comunicación con los proveedores.

-Aja...

-Necesitamos alguien que pueda velar por los intereses de la promotora mientras mantiene una comunicación entre iguales con las constructoras...

-...emmm. Básicamente, mi trabajo será ir a hablar con gente que tiene veinte años de experiencia mas que yo, como mínimo, a decirles que lo que han hecho no sirve y que pensamos pagarles cuando nos venga bien. Gente con herramientas pesadas y una selección de zanjas y sacos de cemento inagotable a su disposición.

- Mas o menos eso, si... pensamos que te ajustas al puesto.

En ese momento veo que no me mira a la cara sino a los hombros. Quizás si hubiese puesto en mi currículo que hice karate de zagal no habría pasado seis meses en paro... o si me hubiese inventado un pasado penitenciario ni siquiera me habrían despedido del anterior curro. De hecho, en ningún momento me preguntaron por mi experiencia laboral, capacidad de diseño o experiencia en obra. De repente se me ocurrió que haber visto Uno de los Nuestros diez veces me había enseñado mas sobre mi sector que 350creditos lectivos.




Pues eso, que tengo trabajo. Empiezo mañana. Martes y trece.