miércoles, 30 de junio de 2010

Skynyrd

Sé que la moda es decir que uno tiene un amigo gay, pero me disculparán si no caigo en eufemismos y directamente digo que Chocolatino es negro. Y no me refiero a marrón, no. Es negro. Chocolatino es tan negro que a veces se podría decir que luce ciertas reminiscencias azules en la piel. Eso sí, si intentas sacarle el tema él, con su perfecto andaluz, te dirá que no, que no es negro. Que sólo está quemado porque le hacen currar como uno.

Ciertamente, de las muchas cosas que espero encontrar en alguien para que me resulten mínimamente interesantes es que me hagan reír. Y el cabrón siempre consigue que se me salga la cerveza por la nariz. Ayer me mostró el tema que tiene puesto en el móvil para cuando le llaman del curro.



Este hijo de puta un día me va a matar de la risa.

martes, 22 de junio de 2010

Team Building

Hola, amiguitos.

Pues sí, al final el viernes, tras haber dormido dos horitas, dejé que me secuestraran para irme con toda la plantilla de mi empresa a donde el aire pega la vuelta para unas entretenidas jornadas de lo que alguien tuvo la brillante idea en llamar "team building".

No, desgraciadamente no fue un mero paintball. Nos pusieron unas camisetitas horrorosas, tiramos con arco, nos pegamos una carreras del copón en quad por el prau y un montón de gilipolleces más. Todas ellas en equipo. A lo team building. A tope con el rollo cooperativo.

Una de las pruebas consistía en serrar varias veces un tronco y sacar dos rodigones perfectamente predefinidos antes que el equipo contrario. ¿Y adivináis con quién le tocó hacer equipazo a Somo? Sí, señor. Hasta la polla que me tiene...

domingo, 20 de junio de 2010

Marketing Plutónico: La paradoja de youtube.

Youtube es una cosa maravillosa. Y lo digo sin el menor atisbo de ironía. Y quien dice youtube, dice "el fenómeno de compartir videos globalmente", porque como con los kleenex, la marca ya es sinónimo del producto. Con un poco de tino y simplemente siguiendo links, puedes crearte tu mismo una programación bastante superior a la que te ofrecen las cadenas de televisión (y que crea gente que cobra...mucho). Y no hablo solo de las más de 12.000 horas de imágenes de gatos adorables o demostraciones de que Darwin se equivocaba y no solo los mas aptos se reproducen.

No, hablo de información, educación, humor inteligente, incluso cosas que te levantan la moral o te la hunden según tengas el día. A mi lo siguiente me la levanto (la moral):



Lo habréis visto antes, supongo... si no lo visteis en youtube, lo visteis cuando algún amigo os mando el link o cuando algún canal de televisión lo edito a su gusto y lo usó sin mucho tino para aderezar un telediario (Creo que en el de Antena3 youtube ya tiene seccion fija diaria). El caso es que a mi es un vídeo que me encantó. Coge un rito que se pretende solemne y memorable pero que se ha quedado vació y aburrido y lo convierte de nuevo en memorable a base de pisotear dicha solemnidad. Es lo que una boda, si la quieres tener, debería ser. Lo mismo se divorcian un año después (ya hay spoofs) pero seguro que los invitados recuerdan la boda de Jill y Kevin como algo mas que "la vez que la abuela llamo negrata al camarero".




El caso es que el otro día veo esto otro:



Y que queréis que os diga, me molesta.

Me molesta porque a un creativo publicitario se le paga por tener ideas. Y eso puede incluir referencias a muchas cosas, pero copiar un vídeo que a fecha de hoy han visto 51 millones de internautas (sin contar copias editadas) no pasa el corte en lo que a tener ideas se refiere. Y no es la primera vez.

Me molesta porque es un robo. Un robo a la propiedad intelectual que no se mide en dinero (aunque se podría, el vídeo original recauda fondos para un instituto contra la violencia domestica).

Y me molesta, sobre todo, porque se apropian de un momento de la vida de gente autentica para vender cerveza falsa.



Me resulta fácil boicotear SanMiguel, eso si, ya que apenas es una cerveza... menos mal que esto no lo ha hecho Mahou o peor, Alhambra.

viernes, 18 de junio de 2010

Express yourself

No puedo dormir. Mi despertador va a sonar en dos horas. Y mañana tengo comida de empresa en el campo con actividades de "team building". Llevo toda la semana pensando en Finalboss y que en el conflicto de Vietnam más de la mitad de los oficiales americanos muertos fueron abatidos, misteriosamente, por heridas de bala en la espalda...

En fin, al tema.

Me gusta la gente con aficiones. Y antes de que nadie haga el chiste, ya lo avanzo yo: pese a que se conoce gente, follar no es más una afición que un impulso, como el cagar o el hurgarse las tochas.

"Oh, amado Somo, ¿quiere esto decir que la gente con aficiones es buena?"
Nada más lejos de la realidad, querida masa servil e ignorante. Afirmar tal cosa sería como decir que todos los vegetarianos con bigote quieren invadir Polonia.

"Ah, avatar bloguiforme de infinita sabiduría, ¿a caso no es capaz cualquier primate superior de aficionarse a algo como el fútbol?"
Correcto. Por eso he de aclarar que me refiero al aspecto más creativo y activo de una afición.

"Oh, adorado pesao de los cojones, ¿qué mierdas nos estás contando?"
Maldita sea. Ni si quiera hablando conmigo mismo consigo que se me respete...

Me gusta la gente creativa, me gusta la gente con aficiones que van más allá de consumir esto o aquello. Me gusta la gente que hace cosas con sus manos. Con sus putas cabezas.
Y esto es peligroso, porque camuflado de persona creativa se pueden esconder los mayores gilipollas que te puedas echar a la cara.

El otro día me presentaron a una persona. "Percusionista", me dijo orgullosa. Fenomenal, +100 puntos.
Pero no tocaba en una orquesta. Ni si quiera en una banda. Ni tocaba la batería. Era una perroflauta bonguera. -100 puntos.
"Mola. ¿A lo kaiowas?". -"¿A lo qué?".
Fail. Al carajo.

Para las víctimas del sistema educativo español: los kaiowas fueron una tribu nativa de las junglas sudamericanas que, para llamar la atención sobre los crímenes que el gobierno estaba perpetrando para arrebatarles y destruir su hábitat, cometieron un suicidio en masa.

Me gusta la gente con aficiones, coño. Ya sabéis, el ser humano: ése argumento tan bueno para cualquier película.
Y el suicidio siempre ha sido una forma más de expresión personal capaz de redimir al imbécil mediocre más banal e intrascendente del planeta, pasado, futuro o contemporáneo.

Cualquier cosa con tal de hilvanar la prueba definitiva de los bajos de tu sistema de sonido son una caca de la vaca polaca (y en los últimos veinte segundos debió morir gente entre las primeras filas, que siempre es un valor añadido):



Post dedicado con obsceno desprecio a todos los gilipollas (TM) con la boca más grande que el culo.

miércoles, 16 de junio de 2010

Gimme fuel, gimme fire, gimme that which I desire.

En los años 80 varias naciones (USA, China, Rusia, UE, ...) acordaron crear un reactor termonuclear para demostrar la factibilidad científica y tecnológica de la fusión nuclear. El proyecto se denominó ITER y su construcción, en Francia, a día de hoy estaba ya en sus preliminares.

El reactor ITER podría generar energía limpia, sin residuos y practicamente ilimitada calentando átomos de hidrógeno a cientos de millones de grados centígrados, fusionándolos, y generando una reacción del orden de los quinientos megavatios. Es como para pensárselo.

Pues bien, de los más de 10.000 millones de euros que iba a costar, nos hemos quedado a 1.400, y con esto de la crisis todo parece indicar que va a quedar un solar precioso en su lugar.

Podríamos hablar de los billones que han costado cualquiera de las guerras de esta última década, o de los costes derivados por derrames petrolíferos, y extrapolarlo todo a esa suma que nos podría separar de la revolución energética que probablemente cambiará el mundo.

Pero sería demagogo y muy poco constructivo considerarlo otra víctima de la situación económica mundial. De manera que en vez de cagarme en el capital privado, en los mercados financieros, o en la clase política inválida y cagona que padecemos en todo el mundo, voy a proponer alternativas viables y baratas. Con todos ustedes, la palmera de chocolate de kilo y medio:


Ni si quiera la luz puede escapar a la densidad de su campo gravitatorio. No sé si podría generar quinientos megavatios, pero seguro que McLaren podría usarlo como combustible de fórmula uno. A la mierda operación bikini (gracias, perraca).

jueves, 10 de junio de 2010

To shit and fuck

Mi abuelo fue medico. Y, por supuesto, quería que yo fuese medico. Dado que despreciaba a sus dos hijas por no ser varones a mi me hizo el flaco favor de no dejarme ni a sol ni a sombra, pero por fortuna (desde una perspectiva meramente académica y profesional) se convirtió en comida para peces cuando yo aún estaba en el instituto.

La idea de ser médico (a pesar de que con los años empezaba a darme cuenta de que iba a ser mi única oportunidad de poder decirle a una mujer quítese la ropa y diga 'ah' sin que me cruzasen la cara) nunca me moló mucho. Si ya era jodido soportar la mediocridad humana, sumarle aflicciones, pestes y enfermedades no le aportaba ni un ápice de atractivo a la idea.

No, amigos. Yo de pequeño quería ser abuela. Tirarme el día en bata regando las plantas, contestar al presentador del telediario como si pudiese escucharme, hablar con la vecina a gritos a través del seto y dominar los arroces como solo una ex-fallera podía hacer.

Con el tiempo la idea fue deshaciéndose del mismo modo. Cuando uno pasa de causar el efecto "¡qué niño más mono!" al llamado "¡menudo gañanazo arrejamonao!" en el prójimo, se le van quitando las ganas de resplandecer con luz propia y en bata ante las visitas. Hago un breve inciso para caer en la cuenta de que quizá El Hombre Malo haya tenido mis mismas pretensiones profesionales sin el trauma que yo padecí, lo cual explicaría muchas cosas, como que cuando me recibe en su mansión ataviado con su elegante bata "a lo Hugh Heffner" (según él), a mi tan sólo me dan ganas de ponerle unos rulos y comer arroz al horno.
Sí, amigos, Plutón Verbenero: el único blog en el que sus autores se psicoanalizan in real time...

¿Y a qué venía todo esto? Pues a que en la vida no he sabido jamás a lo que me he querido dedicar. A que sigo sin saberlo. A que estudié ciencias para presentarme a la selectividad por letras (es que era insultantemente más fácil comentar una fotito de una pirámide y hablar de Platón que romperte el culo a formular química orgánica y hacer una lámina de diseño técnico) para poder estudiar una mierda de telecomunicaciones que no me apeteció ni terminar. Y como eso, todo lo demás. Y a veces me alegro de que haya sido así, y otras no. Pero es que si ha habido algo que realmente he aprendido es una cosa: el sistema no funciona. La educación, a cualquier nivel, no funciona. La industria, no funciona. No funciona nada. Todo es un atolladero. Por eso, si estás desmotivado, si tu carrera no te gusta, si tu trabajo es una mierda, si ni si quiera tienes trabajo, si no te sientes valorado o símplemente útil, si como yo peinas canas y aún no sabes qué cojones quieres hacer con tu vida... probablemente no sea culpa tuya (lo de "probablemente" es para no dar escusas a los realmente conformistas y gilipollas, entiéndanme).

Me apostaría el culo a que llegaré a la cuarentena soltero, dedicándome a cualquier mierda sin importancia, sin hijos, sin coche, saliendo con los mismos adorables borregos de hace veinte años, siendo el tío raro en las cenas de navidad y ninguna tía teñida de azul vendrá del futuro a enseñarme a lavar la ropa de color con Neutrex.

Y, sinceramente, después de (sobre)vivir acojonado pensando en que algún día tendría que hacerme mayor labrándome tópicos a través de mi deficiente y coercitiva formación y explotación laboral... la idea no me molesta lo más mínimo. Hasta me empieza a gustar.

martes, 8 de junio de 2010

Texas Dildo War: La Buena Esposa

De nuevo un texto reciclado, este sugerido por una conversacion barbacodica con el inefable Gato de Chesire. El post original es de Septiembre de 2004 pero en tanto documento historico, sigue tan fresco como entonces. O lo contrario. Un día volvere a escribir, lo juro.

Este encantador texto fue publicado en "Housekeeping Monthly", el 13 de Mayo de 1955. La traducción es mía y apresurada.

- Ten la cena lista. Planea con antelación, incluso la noche anterior, para así tener siempre una cena deliciosa lista y a tiempo para su regreso. Es tu manera de hacerle saber lo mucho que piensas en él y en sus necesidades. Los hombres suelen estar hambrientos cuando llegan a casa, y una buena cena (especialmente sus platos favoritos) le harán sentirse adecuadamente recibidos.


- Arréglate. Tomate 15 minutos de descanso para así estar fresca cuando él llegue. Retócate el maquillaje, ponte un lazo en el pelo y luce descansada. Ya ha visto suficiente gente cansada en el trabajo.


- Se alegre e interesante por él. Su aburrido día necesita alegrías y es uno de tus deberes proporcionárselas.


- Limpia el desorden. Recorre por ultima vez la casa justo antes de que tu marido llegue.


- Recoge los libros del colegio, los juguetes, papeles, etc. Y luego pasa el paño por las mesas.


-En los meses mas fríos del año, deberías preparar y encender un buen fuego en la chimenea para que se relaje. Tu esposo sentirá que ha llegado a un refugio de paz y orden, y hacerlo te dará una satisfacción a ti también. Después de todo, cuidar de su comodidad te procurara una inmensa satisfacción personal.


- Prepara a los niños. Tomate unos minutos para lavarles la cara y las manos (si son pequeños), péinales, y si es necesario, cámbiales de ropa. Son pequeños tesoros y a él le gustara que estén a la altura de ese papel. Minimiza todo ruido. Para cuando llegue, elimina el ruido de la lavadora, la secadora o el aspirador. Intenta animar a los niños para que mantengan silencio.

- Muéstrate feliz de verle.

- Recíbele con una cálida sonrisa y muéstrate sincera en tu animo de agradarle.

- Escúchale. Puedes tener una docena de cosas importantes que decirle, pero el momento de su llegada no es el indicado. Déjale hablar primero; recuerda, sus temas de conversación son más importantes que los tuyos.


- Haz que la noche sea suya. Nunca te quejes si viene tarde a casa o se va fuera a cenar, o a cualquier lugar de entretenimiento sin ti. En lugar de eso, trata de entender su mundo de presión y stress, así como su muy real necesidad de estar en casa y relajarse.


- Tu objetivo: tratar de lograr que tu casa sea un lugar de paz, orden y tranquilidad donde tu esposo pueda renovarse en cuerpo y espíritu.


- No le recibas con quejas y problemas.


- No te quejes si vuelve a casa tarde para la cena o incluso si se queda fuera toda la noche. Tómalo como algo menor comparado con lo que el haya podido pasar durante la jornada.

- Haz que se sienta cómodo. Que se recueste en una butaca cómoda o se tumbe en el dormitorio. Ten una bebida, fría o caliente, lista para él.

- Mulle su almohada y ofrécete a quitarle los zapatos. Habla en una voz suave y agradable.

- No le hagas preguntas sobre sus acciones ni cuestiones sus decisiones o integridad. Recuerda, él es el Amo de la casa y como tal siempre ejercerá su voluntad con justicia y honestidad. No tienes derecho a cuestionarle.

- Una buena esposa siempre sabe cual es su sitio.


Texto original aqui

miércoles, 2 de junio de 2010

Porque hay tardes aburridas en la oficina para las que facebook no sirve...

Qué bonito es siempre recibir correos de amor de TIWS confundiéndome con alguien de otra empresa y proponiéndome un contrato millonario. De verdad que no sé cómo esta gente es capaz de no ahogarse cada vez que intentan masticar una galleta. Bueno, sí, sí que lo sé...

Pero al tema, que el post de curro es para la semana que viene. Hoy toca gilipollez (¡JA!). Primeramente friki. Lleva un par de semanitas en las estanterías españolas el juego ALPHA protocol y ha vendido la sorprendente cantidad de... 102 putas copias de mierda. Sois lo peor.
El juego no es un blockbuster multimillonario, pero es bueno. Tan bueno que lleva todas las de seguir a los clásicos Deus Ex o Hitman a los que tanto recuerda: no se comieron un cagao, y años después se convirtieron en clásicos imprescindibles. Eso sí, a los creadores les mandaron a zurrir mierdas con un látigo y ahora mismo deben de estar viviendo bajo un puente, comiendo de un cubo de basura y haciendo la esquina para pagarse el fortuna (qué a tiempo he dejado de fumar esta vez, virgencita...)



And in another news... Por fin el sádico carnicero al que alguien dio una licencia médica en su día, y al que mi seguro llama "dentista", ha terminado por aburrirse de mi pobre sistema nervioso y ha decidido declararme completamente reparado: por fin puedo volver a masticar tornillos con todos mis piños (estoy redescubriendo que morderse las uñas era una tarea que requiere muchísima más destreza y precisión de lo que a simple vista podría parecer...)

Por cierto, ¿qué cojones pasa con el fútbol? Hoy el telediario ha sido media hora de piratas israelíes y otra media hora de un portugués diciendo no sé qué mierdas. ¿No se había terminado ya la liga? ¿De verdad da para tanto hacer pasar una pelota entre tres palos? Es más, ¿tenía que cantar Bisbal una canción sobre el tema?

Aprovechando que es San Isidro, los toros. No voy a discutir sobre la salvajada de fiesta nacional que tenemos, que para eso ya tengo al Gran Kahuna de mi tribu (jamás le perdonaré que me llevase a una corrida cuando era niño, pero eso es otra historia que merece otro post algún día). En Alhaurín el Grande, Málaga, se han cargao una vaquilla a hostias. Como suena. Al parecer desde el siglo XV su fiesta local ha consistido en soltar unas vaquillas y ponerlas tibias.
Si a eso lo llaman fiesta, yo quiero ver qué hacen en una boda...

Leo en el periódico que Gaspar Llamazares irá mañana a la Feria del Libro de Madrid a firmar ejemplares de "rojos en la red", el libro que analiza el uso que el FBI hizo de su foto para elaborar un retrato de Osama Bin Laden. En serio... ¿esta mierda da para escribir un libro entero? Y, en caso de ser así, ¿no deberían firmarlo los del FBI?
Lo mejor es que ni si quiera lo ha escrito él...

En fin. Se me presenta un puente currando todos los días (lo que los veteranos aquí llamamos "un matanovias"), y llevo un rato escuchando conversaciones sobre si el gintonic está mejor con limón o con pepino y aguantando cancioncitas de grupos modernitos poperetes blandurrios cagaflores moderfaquers. Para colmo he firmado con sangre un pacto con el diablo y ahora he de tragarme seis años de LOST. De buena gana os daría plutonio 239 y os mandaría a buscar un neutrón (risas), pero me conformaré con poneros unos vídeos, que hace mucho que no os machaco.







¿A nadie le apetece un JB a morro...?

martes, 1 de junio de 2010

Ansia Vital

(Texto reciclado que alguien me ha recordado... lo escribi el 15 de Noviembre del 2004 y sigue siendo, basicamente, la verdad. Para un dia que me pongo introspectivo habré de capitalizarlo)

De pequeñito quería ser cura.

Lo juro. A eso de los 8 años, y sin que ningún padrecito me hubiese metido mano, sentía tal amor por el hábito que me planteé seriamente dedicar mi vida a la loable tarea de salvar almas. Poco importaba que no estuviese bautizado, para mí los curas eran míticas criaturas de inigualable bondad y enciclopédico saber. Incluso jugaban al fútbol y al baloncesto en el patio del colegio. Admitámoslo, los inconvenientes del sacerdocio poco significan para un crío de esa edad. Tan convencido estaba de mi vocación que me preocupaba el hecho de no haber oído voces, ni haber visto una luz descendiendo del cielo para señalarme el camino. No dejéis nunca un “Vidas de Santos” al alcance de un ávido lector infantil. Con esa edad recuerdo haber intentado leer la Biblia por primera vez, cosa que como bien nos señaló el Concilio de Trento, es muy nociva para toda mente cristiana.

El caso es que, ignoro exactamente cuando, se me pasó la ilusión por el sacerdocio, y progresivamente mi amistad con Dios pasó a ser una educada familiaridad, un frío distanciamiento y finalmente un silencio sepulcral. Ya no me manda felicitaciones por Navidad, y si me lo encontrara por la calle no lo reconocería.

Pasé algunos años sin rumbo, sin metas. Quise ser escritor cuando empecé a leer, precozmente, a Montalbán, cantautor cuando descubrí a Serrat, futbolista con Butragueño y militar tras ver “Los Cañones de Navarone”. Pero nada me duraba más de un par de semanas. Uno crece y se hace más realista, se pone metas más discretas. La mía era ser Presidente del Gobierno. Con dos cojones. Abiertos los ojos a las injusticias del mundo y vista la inutilidad de nuestros gobernantes, como un taxista cualquiera me sentía en posesión de la solución a todos los males que aquejaban al mundo. Realmente no sé si quería ser presidente o superhéroe, que por aquella época ya leía yo tebeos americanos.

Maduré y me puse como meta ser Arquitecto. Dejar algo perdurable, algo que cantara mi nombre cuando yo ya hubiese muerto. Alejarse de Dios y el concepto de la inmortalidad del alma provoca un inevitable acercamiento a la necesidad de sobrevivir en el recuerdo. Además está bien pagado. Y a que engañarnos, maneras de perdurar hay muchas, y con dinero es harto sencillo. La riqueza material fue durante unos años mi objetivo vital, solo atemperado pro mi innata capacidad para dilapidar cualquier capital en un tiempo inversamente proporcional al esfuerzo invertido en conseguirlo.

Hoy soy más sabio. Aun joven pero con la fecha de caducidad más a la vista, me planteo metas sencillas, objetivos que a la vez conjuguen mis instintos y necesidades filosóficas. Al fin y al cabo, somos lo que la vida ha hecho de nosotros, y ya tengo medio camino recorrido. Con gesto confiado y firme el pulso, sigo la senda de los que me precedieron, y con mis huellas quiero guiar a los que me sigan. No es tan diferente, después de todo, de cómo empecé.

Quiero ser un viejo verde.