jueves, 13 de marzo de 2008

Perrea, perrea.

Si creéis que los altavoces y demás periféricos de vuestro ordenador son un desastre de cables, esperaos a que os traiga unas fotos de mi nuevo trabajo, y luego podréis empezar a suicidaros en masa como los Lemmings. Pero eso es otra historia que ya os contaré en cuanto me acuerde de poner la batería de la cámara de fotos a cargar.

Hoy vengo a hablaros del rebotazo que llevan encima todos los modernitos de España con Eurovisión. ¿Está justificado? Si en algún momento alguno se ha tomado lo de Eurovisión en serio, supongo que sí. ¿Vale la pena? Evidentemente no. ¿Realmente se ha cometido una injusticia? De ningún modo.

Eurovisión ha sido desde hace años un circo de estravagancias que ha ido saltando de pucherazo en pucherazo, y coleccionando frikazos por el camino. Los españolitos, como buenos borreguitos que son, esperan con ilusión la profecía que dice que un día nacerá un artista capaz de revivir las glorias del mismísimo Julio Iglesias y será la luz que ilumine nuestros caminos (y nos saque del rincón de la música). Pero sólo mandamos mierda. Mierda que es sistemáticamente humillada en cuanto pone un pié al otro lado de los Pirineos.

La diferencia es que normalmente los borreguitos eligen a sus campeones y avatares de la música nacional alegando razones artísticas; y este año se han alineado los planetas, y la coincidencia ha unido la sobervia modernez popera, con la falta de respeto del usuario medio de ADSL por esa especie de templo que es myspace para toda esa gente que tiene la desgracia de haber querido nacer diez años antes en este país (y aunque no lo hayan hecho, lo pretenden): han elegido la tontería más gorda, porque ya no les importa el aspecto artístico de Eurovisión.

Pero vayamos más allá. ¿Es la puesta en escena del Chiquilicuatre peor que la del Milkiguay? Verdaderamente, no. ¿Es la letra de su canción peor? Personalmente, entre mi mulata con las bragas en la mano, y el verano del amor que está por llegar... no me hagáis elegir. En lo musical, tal vez, a fin de cuentas el Milkiguay creo que sabe solfeo, pese a que ambos lleven la música en un CD. Y en virtuosismo, evidentemente, empatan a cero.

Vale, lo reconozco. Todo esto es sólo un pretexto para poner a un tío tan friki que se destrozó la cara a base de ponerse maquillaje a paletadas hasta para dormir. Tan artista que es indisociable a la rebeldía adolescente de los ochenta y llegó a ser todo un símbolo. Y, además, tan músico que es capaz de grabar temazos como este.

Algo que jamás veremos en España. Al menos saliendo de la academia de los triunfitos, de un late night haciendo stravaganza, o con tal ego que le basta con ponerse el nombre de una chocolatina para ser guay (cienmil pollas con pelucas de Rafaela Carrá surgidas del sexto infierno pandimensional etéreoinmaterial de la disformidad cósmica te arrastren a tí y a tu tierno culo a un sufrimiento eterno y sangrante al ritmo de tu propia puta cancioncita de mierda por los tiempos de los tiempos, maldito subnormal).

Cien por cien retro. Cien por cien friki. Y hasta forma parte de esa lista de canciones para grabarle a la churri en el TDK de 90 de llevar en la guantera del coche. ¡No somos dignos!

3 comentarios:

querida_enemiga dijo...

Chinpún.

Tenéis un meme en mi blog.

El año que ganó Lordi fue porque todos los heavies de Europa se movilizaron. Fue grande. Aunque a mí Lordi no me gustan, esa noche disfruté de un par de minutos de gloria, ji ji.

querida_enemiga dijo...

Y gracias por la canción. Uno de mis temas favoritos de todos los tiempos.

Anónimo dijo...

Yo juraría que había dejado un comentario aqui..... ( y es la segunda vez que me pasa). Me boicotean????