viernes, 14 de mayo de 2010

Ni leyes, ni justicia

José Saramago, en su blog:

En Portugal, en la aldea medieval de Monsaraz, hay un fresco alegórico de finales del siglo XV que representa al Buen Juez y al Mal Juez, el primero con una expresión grave y digna en el rostro y sosteniendo en la mano la recta vara de la justicia, el segundo con dos caras y la vara de la justicia quebrada. Por no se sabe qué razones, estas pinturas estuvieron escondidas tras un tabique de ladrillos durante siglos y solo en 1958 pudieron ver la luz del día y ser apreciadas por los amantes del arte y de la justicia. De la justicia, digo bien, porque la lección cívica que esas antiguas figuras nos transmiten es clara e ilustrativa. Hay jueces buenos y justos a quienes se agradece que existan, hay otros que, proclamándose a sí mismos justos, de buenos tienen poco, y, finalmente, además de injustos, no son, dicho con otras palabras, a la luz de los más simples criterios éticos, buena gente. Nunca hubo una edad de oro para la justicia.

Hoy, ni oro, ni plata, vivemos en tiempos de plomo. Que lo diga el juez Baltasar Garzón que, víctima del despecho de algunos de sus pares demasiado complacientes con el fascismo que perdura tras el nombre de la Falange Española y de sus acólitos, vive bajo la amenaza de una inhabilitación de entre doce y dieciséis años que liquidaría definitivamente su carrera de magistrado. El mismo Baltasar Garzón que, no siendo deportista de elite, no siendo ciclista ni jugador de fútbol o tenista, hizo universalmente conocido y respetado el nombre de España. El mismo Baltasar Garzón que hizo nacer en la conciencia de los españoles la necesidad de una Ley de la Memoria Histórica y que, a su abrigo, pretendió investigar no sólo los crímenes del franquismo sino los de las otras partes del conflicto. El mismo corajoso y honesto Baltasar Garzón que se atrevió a procesar a Augusto Pinochet, dándole a la justicia de países como Argentina y Chile un ejemplo de dignidad que luego sería continuado. Se invoca en España la Ley de Amnistía para justificar la persecución a Baltasar Garzón, pero, según mi opinión de ciudadano común, la Ley de Amnistía fue una manera hipócrita de intentar pasar página, equiparando a las víctimas con sus verdugos, en nombre de un igualmente hipócrita perdón general. Pero la página, al contrario de lo que piensan los enemigos de Baltasar Garzón, no se dejará pasar. Faltando Baltasar Garzón, suponiendo que se llegue a ese punto, será la conciencia de la parte más sana de la sociedad española la que exigirá la revocación de la Ley de Amnistía y que prosigan las investigaciones que permitirán poner la verdad en el lugar donde estaba faltando. No con leyes que son viciosamente despreciadas y mal interpretadas, no con una justicia que es ofendida todos los días. El destino del juez Baltasar Garzón está en las manos del pueblo español, no de los malos jueces que un anónimo pintor portugués retrató en el siglo XV.



Enhorabuena.

11 comentarios:

LoKKie dijo...

Sinceramente...no creo que hagan al pueblo español ni putisimo caso.

pseudosocióloga dijo...

No sé si debía haberse saltado la ley de amnistía a la torera, ni siquiera sé si tiene un ego desmedido, solo sé que rara vez me equivoco en una primera impresión, y una vez superada la traba de su horrible voz; la única vez que he coincidido con el juez fue paciente, cortés y nada prepotente.

Anónimo dijo...

Me pasma tu eclecticismo

Anónimo dijo...

Siento no compartir tu opinión. Y digo siento porque yo también pienso que reina un aire de injusticia en torno a la memoria de la guerra civil y la dictadura.
Como nieto de la posguerra he intentado indagar siempre en el por qué de tantas cosas, recibiendo sólo silencios, miradas bajas y un común dejémoslo correr.
Lleno de incomprensión he llegado a tachar incluso a las generaciones que me anteceden de cobardía y complejo de avestruz ... hasta que aprendí la lección de Historia que la Ley de Amnistía nos ofrece.
Estemos de acuerdo o no, si las propias víctimas de tal tragedia acordaron enterrarla en la memoria dictando una ley que dio pie a un borrón y cuenta nueva para poder empezar de nuevo y ofrecernos a nosotros, sus hijos y nietos, la posibilidad de crecer sin estar de inmediato enfrentados por haber nacido de azul o de rojo, ¿quiénes somos nosotros para cuestionar ahora aquella decisión? ¿Acaso somos mejores o más sabios que ellos?
E incluso si ése fuera el caso, ¿tenemos ése derecho?
El juez Garzón, que si de algo sabe es de leyes un rato, conocía de antemano este pacto por el que España supo poner un punto y aparte, justo o no, y seguir la marcha. Una ley, tan legal como cualquiera de sus veredictos, y que por mucho Garzón que uno sea, no se puede pasar por alto.

Somófrates dijo...

La ley de amnistía (como casi toda la sacrosanta transición) se ejecutó a salto de mata no para echar pelillos a la mar, sino para sacar a los miles de presos políticos que quedaban en las cárceles (o sitios peores) de este país.

Por supuesto es una ley con un texto claro que a día de hoy sólo admite una lectura, y podríamos enzarzarnos en este punto rato y rato. Pero por fortuna los derechos humanos son claros al respecto, y deslegitiman cualquier tipo de amnistía ante un delito de genocidio. Ni somos mejores, ni más sabios, ni queremos estar enfrentados: somos los mismos que vemos llorar a nuestros padres y abuelos, protagonistas de aquella transición, los que pedimos justicia junto a ellos.
Sí, tenemos este derecho. O deberíamos.

Por otra parte el juez Garzón se inhibió en 2008 a favor de los tribunales provinciales a este respecto. Él no tenía abierta la causa de los 115000 desaparecidos del franquismo. Inhabilitado o no, no es él quién iba a seguir con este asunto (es más, hay salas provinciales que han decidido ignorar la causa, y hay otras que a día de hoy siguen buscando fosas).

Garzón ha sido acusado por tres vías, la más clara y factible desde el punto de vista meramente legal es la expuesta por el propio Varela a través de Falange (o de la manita de), la cual se ha resuelto en tiempo récord en la historia de la judicatura española.

Ahora para poder abrir un proceso Garzón ha sido inhabilitado por un periodo mínimo de dos años, y con él las causas que sí llevaba en su cartera que, repito, no eran los crímenes del franquismo. Gürtel y Pretoria.

Miren el calendario y díganme cuándo son las próximas generales.

Y me juego euros contra doritos a que se probará la inocencia de Garzón con la punta del pijo, porque la ley internacional es meridianamente clara al respecto de la dichosa ley de amnistía. Y a lo mejor hasta es el juez Varela quien acaba siendo empapelado.

Pero para entonces ya dará igual.

Y no se engañe: España no sigue su marcha. Yo tengo todos los primeros domingos de mes a Ynestrillas bajo mi ventana megáfono en mano escoltado por la policía.

Una, grande y libre.

Somófrates dijo...

Perdón. Donde he dicho que Varela ha llevado de la manita a Falange, quería decir que ha llevado de la manita a Manos Limpias.

Barbijaputa dijo...

Me gustaría pillarte por el msn para hablar de esto.

Me he quedao KO con la noticia.

Salud!

Anónimo dijo...

No sé muy bien si te contradices a propósito o no, a veces me cuesta seguirte el hilo, he de ser sincero; lo que sí sé es que no te ayuda en tu disertación.

En cualquier caso, decir que es una ley con una única lectura para más tarde querer rebatirla apoyado en el hermoso legado de los Derechos Humanos es algo sin pies ni cabeza. Si los Derechos Humanos fueran aplicables se debería pronunciar el fin inmediato de cualquier sociedad contemporánea, y los delitos llevados a cabo durante la guerra civil, por cualquiera de los dos bandos, serían una de las menores preocupaciones que habría, créeme.

Siento de veras, por otro lado, que tus abuelos y padres lloren. Los míos no. Se ciñeron al borrón y cuenta nueva del que te hablaba antes y, aunque sí es cierto, con una cierta resignación, miraron adelante y se dedicaron a crear una sociedad donde ni sus hijos ni sus nietos tuvieran que enfrentarse los unos a los otros para vivir.

Personalmente no estoy en contra, ni mucho menos, de la búsqueda de fosas comunes y el consecuente y civilizado respeto que se haya de mostrar a todas esas víctimas del capítulo más triste de nuestra historia moderna. Pero hagámoslo independientemente de qué papel jugaron o el color de su uniforme. Apelemos, como tú haces, a esos hermosos Derechos Humanos para considerar a todos y cada uno como personas, sin politizar y sin polarizar.

Por último decirte que, te guste o no, Ynestrillas tiene todo el derecho a quedarse afónico una vez al mes. Precisamente porque España siguió su marcha, porque somos una democracia. Y si no puedes vivir con ello, lo único que demuestras es no ser mucho mejor que él. Entiendo eso sí, que te moleste que sea justo debajo de tu casa, pero justo ahí yace una muestra clara de la libertad que disfrutamos en este país. Siempre puedes mudarte.

Nota.- No he podido encontrar mención alguna al caso Gürtel o al caso Pretoria en el artículo original, así que no entiendo muy bien por qué tú los sacas a relucir.

isabelo dijo...

No es ya el hecho de que ningún País en el mundo pueda legislar para obliterar crímenes de lesa humanidad –no de genocidio, que no se ajustaría a la causa de la Guerra Civil española, y la posterior Dictadura de Franco-, es que España ha firmando compromisos internacionales para perseguir, más allá de leyes, dictaduras, intereses, etc, etc, estos crímenes y para amparar a sus víctimas.
Está claro que el Tribunal Europeo al que pueda recurrir Garzón en última instancia –no soy un experto, no conozco el procedimiento-, le dará la razón, y se la dará por el propio compromiso de nuestro país de hacer lo que precisamente ha originado esta vergonzosa persecución del juez jienense.

La justicia española se ha convertido en la mayor amenaza para nuestra democracia, en una vergüenza incontrovertible que asombra a medio mundo –sólo hay que comprobar el alcance internacional de la noticia, que ha llegado hasta medios indios, o la cadena Al-Jazeera, pasando por las reprimendas de NYT, o las mofas de los periódicos ingleses y franceses. Fue genial el titular de The Guardian al principio de todo este despropósito: “Baltasar Garzón Bowed to see spanish fascist in court, but not this way”-.

Urge y es importantísima una reforma judicial que acabe con el clientelismo político, y este absurdo corporativismo que hace a unos jueces tapar las vergüenzas de otros.
A Varela habría que haberle parado los pies mucho antes, desde el principio, porque el que está prevaricando sin ningún género de dudas, es él.

Con leer el durísimo escrito de la fiscalía, o la cantidad de pruebas y testimonios periciales que denegó el juez a la defensa de Garzón –os recomiendo que leáis siquiera un sumario de dicha defensa, porque da verdadero vértigo-, el propio Varela debería haberse declarado incompetente, y dejarlo correr.

Más allá, cualquier juzgado de este país al que le llegue una apelación, o un recurso superior, debería cortar de raíz este disparate: y espero que lo hagan porque está en juego mucho más que el estúpido orgullo de un juez.

El Hombre Malo dijo...

"Pero hagámoslo independientemente de qué papel jugaron o el color de su uniforme"

Ajá... el caso es que la infinita mayoria de los que pueblan las fosas pertenecian a un bando o le caian mal a los del otro. No porque un bando fuese mucho mas malvado que el otro (ese es un tema debatible pero no incumbente aqui) sino porque uno de los bandos tuvo 40 años de placidez para poner en orden sus cuentas y sus muertos.

Digamoslo claro; la oposicion a reabrir las fosas y darle debido sepelio a toda esta gente se puede excusar tras muchas mascaras, la "reconciliacion" la mas sangrante de todas (porque lo que tuviera que expiar uno de los bandos ya lo habia hecho con creces). Pero solo es eso, una excusa, una mascara para ocultar que, en el fondo, a mucha gente le parece que quien esta en una fosa junto a una carretera se lo merece. Y que quien llama a esos muertos suyos algo de culpa tambien tiene.

Somófrates dijo...

Mire, Anónimo, que no pueda seguirme el hilo le aseguro que no es debido a mis dotes como comunicador.

Y ni por un momento me acuse de disertar con este tema, porque a estas alturas ya sólo me urge la vehemente y lógica indignación.

Su opinión sobre los Derechos Humanos, su impresión de que yo me rebato a mí mismo, o su visión sobre el colapso de las sociedades contemporáneas, crímenes de lesa humanidad mediante, su poca comprensión lectora en definitiva, me la traen entre floja y flojísima. Marque usted los márgenes de su lectura, pero no me intente arrastrar a mi a una pantomima de debate castrado de antemano.

Por supuesto dé mi enhorabuena a sus familiares, de una calidad humana y una cremosidad de espíritu que evidentemente deja a los míos a la altura del más mísero betún. (Le fustigo con el frío látigo de mi cínico sarcasmo, por si le cuesta seguirme el hilo).

Y no se le ocurra intentar venderme que las concentraciones ilegales de Ynestrillas y sus skinheads con escolta pagada con mis impuestos son un síntoma de buena salud democrática.

Nota.- Es evidente que no entiende por qué vienen a colación los casos Gürtel y Pretoria.