viernes, 5 de marzo de 2010

Float like a Hanar and sting like a Rachni.

Cómo me jodería ser uno de mis co-bloggers...

En fin, sigo de vacaciones y sin planes. Esto es, más aburrido que un gol de Oliver y Benji. Y como se supone que esto es un blog y tal, pues os voy a contar en qué procuro no perder demasiado tiempo últimamente, aunque a penas lo consigo (teniendo en cuenta nuestra cantidad lectores, de aquí a soprenderme a mí mismo rezandole a una estampita de la Macarena hay un suspiro y dos cervezas más).

Desde que mi padre compró cuando yo tenía cuatro años un mueble de atari (sí, sí, por aquel entonces no eran consolas, eran muebles de aluminio y chopo barnizao, y tenías dos juegos a elegir con un interruptor), mi vida tan sólo ha salido del monitor para hacer tres o cuatro cosas imprescindibles. Y sigo sin necesitar gafas (I was made for this, fuckers). Y que conste que no soy consolero: para un jugón profesional que siempre ha tenido un pepinazo de PC como yo un consolero es como un vespino para un Hell's Angel.

De ahí que sea patéticamente trascendente este juego. Probablemente sea el mejor al que he jugado en mi puta vida. Y no lo digo a la ligera, he tenido que meditarlo muy mucho y asumirlo con profundo pesar. Es como si todas esas horas que podía haber empleado en sacarme doce o trece ingenierías se pierdan como lágrimas en la lluvia.

Mass Effect 2. Todo es perfecto. Si una película tuviese una historia la mitad de buena... no sería una película, claro, porque todos los productores son unos acojonaos de mierda incapaces de salirse del dos y dos cuatro (es más, el juego ha vendido dos millones de copias la primera semana de venta al público, lo cual significa que ha recaudado más o menos la mitad que la película Avatar). Incluso fuera de los que es el mero juego, desde la banda sonora hasta los actores quitan el hipo. Martin Sheen, Shohreh Adhdashloo (flash forward), Seth Green, Yvonne Strahovski (la jamona de Chuck, que además le pone cara a su personaje -petabilísima-), Adam Baldwin (Jane en Firefly), Michael Dorn (Star Trek), Tricia Helfer (jamonérrima de Battle Star Galactica -pero no os flipéis, sólo pone la voz-), Carrie-Anne Moss (Trinity en Matrix).

En fin, que estoy que no cago con este juegazo. Acción, historia, sexo con especies alienígenas Akoki:



Hell yeah! Mordin for the win!



Pero bueno, como ya me lo he terminado cuatro veces (y ninguna igual a la anterior, which scares the fucking crap out of me), acabo de adquirir el Bad Company 2. En plan indeciso, por tener algo más que hacer estos días que intentar recuperar la forma humana pedaleando (ni de coña) o causarme una hemorragia testicular. Y oh-my-gosh! Jamás había disfrutado tanto reventando niños en un juego online. Me he sentido como Rambo con sotana.



Pues nada, salaos. Para rematar la gilipollez de post, otro vídeo de Zakk Wylde.
Si algún día se os aparece el demonio y os ofrece tocar así la guitarra a cambio de vuestra alma, desconfiad: ni si quiera el demonio podría tocar así.



A cascarla.

4 comentarios:

Espiguita dijo...

^_^ Pues a mi me gustan tus post (sobre todo el de lo Pero lo pienso fuerte, que me moría de la risa)..., si me apuras hasta el punto obsesivo que te ha dado ahora con Zakk Wylde me parece bien jiji, que no lo conocía, y oyes va a ser que me gusta :)

El battlefield bad company tiene buena pinta..., puede que lo pruebe (aunque no se si será buena idea...sobre todo si se tiene en cuenta que probablemente he sido la única persona del mundo a la que el instructor del principio del Call of Duty 2 mató por pura desesperación de lo mala que era ^_^)

Salu2

Somófrates dijo...

Ese buen gusto del que usted hace gala la identifican como una persona con gran criterio. Y es, precisamente, ese mismo criterio el que algún día hará de usted un ser superior y la coloque, no exactamente a mi nivel, pero sí entre mi cohorte.

Enhorabuena.

Adrian Daine dijo...

Oiga, si de tanto tiempo libre dispone, a ver si nos vemos, ¿no?

Somófrates dijo...

Maldito bastardo malnacido del vientre de una cabra adúltera... ¡no pienso devolverte la toalla!

Vale, ¿mañana haces algo? Ponte de acuerdo con el gordo cabrón de tu compañero de piso y os meto un par de hamburguesas en la boca, o algo.