A Notorious Girl

No puedo decir mucho sobre ella. No la conocía, no leí nada suyo ni la oí declarar nunca nada. No sé que pensaba sobre los temas que me interesan, por lo que sé, pudo haber sido una persona aburrida, despreciable o mezquina. Pero lo dudo.

Lo dudo mucho.

Declarar tu admiración por una modelo a la que solo has visto en fotos y en películas caseras mudas resulta extraño; no era la única, ni fue la primera o la ultima. No amasó una fortuna durante su carrera ni apareció del brazo de una estrella del deporte. Ningún diseñador de moda la convirtió en su musa y jamás trabajo con fotógrafos que pasaran de lo mediocre. Buena parte de su trabajo fue destruido por orden judicial, su reproducción declarada ilegal durante décadas. Y aun así, mas de 50 años después de su última sesión de fotos, se habla de Bettie.


Yo la descubrí de adolescente, cuando vi en una tienda un libro en el que se la declaraba “Queen of Pin-ups”. Ojeando aquel libro me entere de lo que era una Pin-up, que también se las llamaba “cheesecake” y lo más importante, que no hubo otra como ella. También me entere de que en medio de un escandalo y amenazas de censura, desapareció por completo en 1957, llegandose a investigar al fotografo Irving Klaw como sospechoso de su asesinato.




De entre las miles de chicas que posaron para adornar cuarteles, talleres y taquillas, las habría tan o más guapas, las habría mas listas y desde luego las que hicieron cosas más sonadas. Y aun así nadie se acuerda de ellas. Le dejo a los que saben discutir el porque de la condición de icono de Bettie, pero para mí fue la sonrisa.

Bettie sonríe con toda la cara. Da igual que este bailando en un corte de 8mm larguísimo, vestida de JungleGirl con su bikini de leopardo o a punto de propinarle una (recatadísima) azotaina a una rubia, Bettie mira a cámara y sonríe, y entonces yo pienso que quiero estar con alguien así. Con alguien que se lo pasa así de bien sin importar lo ridículo, bizarro o clandestino de la situación.

A Bettie la sacaron del olvido en los 80 sus fans. Fans jóvenes que la conocían por revistas amarillentas y fotos compradas en mercadillos. Fans que se preguntaban dónde se metería tras desaparecer tras casi tener que comparecer ante una comisión del congreso americano. Y sobre todo un Fan, Dave Stevens.

Dave tenia solo dos años cuando Bettie posó para su ultima sesión, pero su imagen le acompañó durante toda su carrera de dibujante de comics e ilustrador. A Dave le descubrí, como casi todos, cuando la Disney adaptó su Rocketeer al cine. Y en las paginas de Rocketeer, como novia del protagonista, allí estaba ella.
Hizo mas que nadie por sacar del olvido a la Bettie real, se partió los cuernos para que se beneficiase del uso que se hacia de su imagen y fue su amigo y asistente hasta que murió hace solo unos meses. Viendo sus dibujos, me gusta pensar que le fascinaba de ella lo mismo que a mí.

Y no es el unico. Otros artistas como Roberto Baldazzini escribian historias sobre ella cuando aun no se sabía que habia sido de su vida. Hace dos años se estrenó una pelicula sobre su vida (inedita en España por lo que se), y se la menciona con cierta frecuencia en letras de canciones.

Hace un par de dias, Bettie Page desapareció otra vez, esta vez para siempre. Pero de nuevo nos ha dejado sus fotos y peliculas para recordarla.