Vidas Ejemplares

Este de aquí es William Edward Hickman. Buen mozo ¿verdad? Un poco despeinado, pero es que la foto se tomó el día de su detención en Oregón, tras una semana de persecución policial. William, que adoptó el nom de guerre de The Fox porque pensaba que era más listo que nadie, había robado tiendas y gasolineras mientras viajaba hacia Los Ángeles en 1927, pero la policía le cazó por un crimen en concreto. Esta es Marion Parker y cuando conoció a Hickman tenía doce años. Hija de un director de banco en Los Ángeles, Hickman la secuestró, se la llevó a un hotel y durante los siguientes días intercambió correspondencia con el preocupado padre, exigiéndole un rescate. La niña, por su parte, no se resistió a su captor, que incluso se la llevo al cine cuando tuvo ganas de ver una película. La cantidad de dinero no era enorme ni en aquella época, apenas 1.500$, pero a "el zorro" le movía mas el afán de demostrar que era mas listo que nadie que forrarse. ¿Y que mejor manera de demostrarlo que dándole al ricachón su particular versión del "gato por liebre"?

Por reducirlo a lo estrictamente indispensable, Hickman estranguló y descuartizo a la niña, rellenó de toallas su torso, la peinó y maquilló y fijo abiertos sus párpados con alfileres... todo para que quien la viera en el asiento del co-piloto pensase que estaba viva. De esta guisa se presentó al cobro del rescate. Tras conseguirlo arrancó y mientras se alejaba con el dinero tiró del coche el torso. No se desprendió de el más tarde, no lo hizo desaparecer. No, lo mas importante era que el padre supiese que "el zorro" había sido mas listo que el y que había pagado por una niña que ya no existía.

Que historia ¿verdad? Alguno pensará que trato de hacer honor a mi nombre a base de joderos el día, pero el caso que no van por ahí los tiros.


Esta es Alice Rosenbaum, pero prefiere que la llamen Ayn Rand. Nacida en Rusia, emigra a los EEUU y se pone a trabajar en el mundo del cine, sobre todo como guionista. Furibunda anti-comunista reflejó su visión del mundo en guiones, novelas y más tarde en tratados filosóficos, siendo la principal desarrolladora de la corriente conocida como Objetivismo Moral. Si no habéis oído hablar de ella no os extrañéis, salvo algunas universidades americanas, nadie se ha dignado a incluirla en ningún plan de estudios serio. Quizas os suenen más sus obras de ficción como "El Manantial " (adaptada al cine con Gary Cooper de prota) o "La rebelión de Atlas" (de próxima adaptación). No voy a exponer aquí en profundidad lo que pienso de esta señora y su legado ideológico, prefiero que lo que ella misma escribió sobre Hickman la retrate;

"...la fantástica imagen de un hombre sin respeto alguno por aquello que la sociedad considera sagrado, y con una consciencia plenamente suya. Un hombre que se planta solo, en espíritu y obra. El resto de gente no existe para el y no ve por qué debieran hacerlo."

Rand ve en Hickman el hombre ideal, el verdadero individuo que solo piensa en si mismo. Y es que años mas tarde escribiría un libro llamado "La virtud del egoísmo" en el que nos dice que "La avaricia es moralmente buena". Según Rand el único acto moral es el que solo persigue el beneficio propio de quien lo comete. Todo aquel que solicite o preste ayuda desinteresada a otros es un "parásito", una rémora para la sociedad y su único motor, que es la acumulación de riquezas por parte de los "creadores".

Los parásitos que persistentemente evitan la razón y función perecerán como deben.

¿Y quien diría una frase tan simpática dirigida, por ejemplo, a huérfanos, ancianos o a quien cuide de ellos? Este teleñeco tan majo de aquí:



Alan Greenspan, presidente de la Reserva Federal americana desde 1987 al 2006, ingeniero de la liberalización de mercados financieros que, según mucha, mucha gente, nos ha llevado a la situación actual. Objetivista, amigo personal de Rand.

Porque, amigos... si bien la filosofía de esa rusa perturbada no era digna de entrar por la puerta de un departamento de filosofía serio, otra cosa muy diferente fue en los departamentos de Economía. Ahí la adoran. No estaba en el temario, claro está, pero la combinación de sociopatía y deliberado desinterés por el bien común ajustaba como anillo al dedo las tesis económicas que se quería promover. Los profesores recomendaban la lectura de Rand, primero su ficción y mas tarde su filosofía, como manera de purgar cualquier remilgo o atisbo de decencia entre sus estudiantes. Y es lógico, si se quería que luego hiciesen lo que hicieron.

¿Y lo peor? Que los valedores de todo esto ahora dicen que la crisis prueba que estaban en lo cierto. Que la labor de zapa y socavamiento de los estados que llevan haciendo desde hace cuarenta años (algo menos aquí) no es la culpable de la crisis, sino que la culpa la tiene lo poco que queda del estado. Tras una crisis provocada por la falta de control publico sobre los mercados y la avaricia de una minoría, esta minoría responde que no serian tan avariciosos si desaparecieran todos los controles. Pensad en la imagen, que tanto le gustaba a Rand, de Hickman riéndose mientras se alejaba en su coche, al imaginar la cara del padre de la niña cuando descubriera el "engaño"... Tu y yo somos ese padre, la economía es la niña y Rand, Greenspan, la Escuela de Chicago y sus seguidores son "el zorro".

¿Otra vez? A mi no me lies que yo soy adventista porcino y dono a caritas diocesana.