Leía ayer una especie de entrevista con lectores a Mariano Rajoy en la página de elmundo.es.
Sin entrar a discutir medias verdades, me detuve a leer y releer varias veces la pregunta número 26 y su correspondiente contestación:
26. ¿Qué opina sobre la foto de portada de este diario, en la que aparecen ministros socialistas con el puño en alto?
Mientras no me lo estampen en la cara... me da igual. Dicho esto, me parece antiguo y me parece triste que personas que apenas superan los 30 años estén con el puño en alto. ¿Qué pasaría si apareciese alguno con la mano extendida? ¿Qué dirían? España, por fortuna, hoy está en otra dinámica. La mayoría de la gente está en el futuro.
Que el señor Rajoy le de caña al gobierno, no me importa. Hasta diría que yo mismo podría dársela más y mejor. Es su trabajo, aunque lo haga mal (y, sobre todo, "malo"). Pero es que no se trata de eso. Ver a la caterba de pusilánimes dirigentes socialistas haciendo el paripé con el puño en alto cierto es que da cosica viendo lo progresista de sus recientes políticas. Más que nada porque como Pablo Iglesias levantase la cabeza les iba a enseñar pero bien lo que es un puño.
No obstante, y a lo que yo iba en un principio, es a que al imbécil de Mariano Rajoy le parece lo mismo un puño en alto que una mano extendida. Que Godwin nos pille confesados el día que al líder del principal partido político de la oposición de este país haya que explicarle las diferencias entre una cosa y otra.
Y me justifico al escribir esto: normalmente soy indiferente ante los rifirafes de nuestros políticos, sobre todo cuando se pueden resumir en "tontos contra hijos de puta retorcidos aunque más tontos aún que los primeros", pero en este caso me veo obligado a seguir amenazando con mi puño en alto al estado de extrema placidez al que algunos quieren llevarnos como al rebaño descarriado que somos.
Señor Rajoy, deje de jugar con lo relacionado a la lucha obrera, porque lo único que le puede pasar en su intento por menospreciarla es que le salga el tiro por la culata, ya que, a diferencia de los que extienden la mano, los trabajadores españoles no tenemos un pasado del que avergonzarnos (y el puño, por contra, se lo lleva estampando usted solito desde hace ya tiempo).
11 comentarios:
Estamos en paz. Sí que es un post bonito.
Aunque se ha echado de menos al final un "Señor Rajoy, pruebe a meterse su propio puño por el culo".
yo no entiendo cómo unos y otros siguen usando los mismos símbolos, de verdad. Yo probaría algo como unos cuernos, o una buena pose emo así desangelá, para identificar a carcas y progres del siglo XXI.
Pues hombre, yo podría explicarle por qué seguimos usando esos símbolos; el problema es que tampoco soy (ni quiero ser) el profesor de historia de nadie.
Y a mí no me contestas ni me bordeas!!!
Claro que no. ¡A ti te fustigo con el frío látigo de mi indiferencia!
Sí, también me fustigas por el MSN. Es verdad.
Mañana me vengaré.
Vamos a ver. O tonteo con azafatas jamonas por el messenger, o juego al ordenador. Las dos cosas a la vez no se pueden.
Lo bonito de la derecha de este país es que, estén o no en el poder, se hacen su propia oposición. Cada vez que este hombre abre la boca se retrata.
¡Hala, qué barbaridad, que han levantado el puño!
Hay que hacer como ellos, hombre, que no levantan el brazo. Se niegan a condenar la dictadura de Franco o a darle sepultura digna a sus víctimas, pero levantar el brazo ¡norl!
Uf. Lo de "los trabajadores españoles españoles no tenemos nada de que avergonzarnos" me ha puesto cachondo...
¿Por el MSN también dices cosas así?
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